Las masivas protestas en Túnez, Egipto, Jordania y Yemen conmueven por estos días al Medio Oriente y al norte de África, donde los ciudadanos reclaman cambios urgentes en los sistemas de gobierno encabezados por presidentes que desde hace décadas mantienen estrechas relaciones con Estados Unidos e Israel.
Luego de las manifestaciones con las que se lograron la renuncia del dictador tunecino Ben Alí, y las reestructuraciones en los gabinetes egipcios y jordanos, ahora se intenta reencauzar el descontento a través de administraciones interinas o llamados a futuras elecciones, pero la convulsión política continúa vigente.
La Agencia Venezolana de Noticias (AVN) consultó al director de Resumen Latinoamericano, Carlos Aznárez, y al internacionalista Sergio Rodríguez sobre los interrogantes que surgen frente a esta situación.
¿Hasta qué punto las protestas lograrán un cambio real? ¿Cuál es el rol del Ejército egipcio para el futuro de ese país? ¿Cómo actúa la Casa Blanca frente a la crisis de una región estratégica tanto en los militar como comercial?
Aznárez señaló que "el hartazgo por una política dependiente y por la consiguiente represión para sostenerla, ha permitido que las masas árabes, a las que muchas veces se acusó de resignadas o cloroformadas, hoy se conviertan en sujeto indispensable de cambio".
Para el periodista argentino, la transformación encabezada por los pobladores de la región "no sólo quiere la cabeza de Mubarak, sino también de otros tiranos como Saleh en Yemen, o los continuistas de Ben Alí en Tunez, o Hassán II, el déspota de Marruecos, y ni qué decir de los multimillonarios reyes de Jordania o Arabia Saudita".
Por su parte, Rodríguez sostuvo que con las protestas se podría acelerar un cambio geopolítico en el norte de África y el Medio Oriente, con fuertes repercusiones internacionales.
Las manifestaciones "son procesos populares" originados luego de decenas de años de aplicación de modelos neoliberales, resaltó.
A juicio de Rodríguez, en el norte de África "se está produciendo un cambio que puede generar una transformación profunda en las relaciones geopolíticas y estratégicas de la región".
Entre los peligros que sufren las revueltas populares que se desarrollan en la actualidad, Aznárez apuntó las artimañas "de la politiquería internacional" que podrían devorar "las justas reivindicaciones de los pueblos".
El periodista puso como ejemplo "las maniobras de la embajada norteamericana" que trata "de obtener un rédito favorable de la rebelión anti Mubarak".
Aznárez explicó que al no poder sostener el actual gobierno, se intenta el recambio a través del vicepresidente Omar Suleiman en primera instancia, del premio Nobel El Baradei en segundo término, "o preparando un gobierno de coalición donde se incluiría a algunos islamistas moderados".
El director de Resumen Latinoamericano manifestó que "habrá que ver en los próximos días si la fuerza del pueblo en la calle puede romper esta trampa" tejida por Estados Unidos, Israel y los grandes medios de comunicación.
Por otra parte, Rodríguez se refirió al rol del Ejército en el futuro de Egipto, ya que las Fuerzas Armadas "finalmente toman la decisión y empuñan las armas contra el pueblo o se pone a favor".
El especialista analizó que cuando caen los regímenes reaccionarios, "son los militares los que pagan las consecuencias de los años de represión y los civiles salen indemnes", razón por la cual en Egipto podría haber un reacomodo de esas fuerzas.
"Ocurrió en Túnez donde el Ejército se negó a reprimir al pueblo, y en Egipto está ocurriendo algo similar", indicó.
Rodríguez aclaró que no se debe perder de vista que esas mismas Fuerzas Armadas "han sostenido a los gobiernos" ahora rechazados y acusados de cruentas represiones.
Las transformaciones de los ejércitos de las regiones en conflicto tendrían un carácter "doctrinario" o "elementalmente de respuesta a una coyuntura en función de transformase en verdugos o ponerse al lado de su pueblo", expresó el analista.
Aznárez resumió que independientemente de lo que ocurra en el norte de África y en Egipto, "lo positivo de toda la insurrección popular es que hay cosas que ya no tienen más retorno", como la "política de obsecuencia con Estados Unidos y con Israel" deslegitimadas por completo.
Por último, el periodista recordó que el líder de la revolución egipcia en 1952, Gamal Abdel Nasser, dijo que "cuando un gobernante traiciona el mandato popular y transita el camino de los opresores, todo ciudadano tiene el derecho de rebelarse y derrocarlo por la vía que crea más conveniente".
La cita del dirigente revolucionario parece que vuela con fuerza por una región que, hasta hace apenas semanas, se mantenía protegida y defendida tanto por Washington como por las grandes empresas mediáticas.
Francisco Albornoz 19777392
Electronica del Estado Solido.
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